La importancia de la escritura en la educación y formación de los niños y jóvenes está fuera de toda duda. En Fundación Avanza creemos que la creación literaria, tanto en sus aspectos más técnicos como en los más puramente creativos, aporta al desarrollo del alumnado aspectos complementarios a los de la mera educación formal, dado que ejerce una gran influencia en lo personal a la vez que, con un correcto trabajo de fomento del talento, puede llegar a aportar una base sólida en los cimientos profesionales de futuros creadores, especialmente si se cultiva en una etapa decisiva en la formación de la personalidad.
Tras una serie de planteamientos iniciales, finalmente nos animó a desarrollar este programa, el estudio realizado por David Snowdon (epidemiólogo y profeso de neurología en el Sanders-Brown Center on Aging de la Universidad de Kentucky) publicado en el libro “678 monjas y un científico”; en que refiere literalmente:
«Hemos descubierto que las [monjas] que tenían un vocabulario más rico, las que utilizaban frases más complejas, con más ideas dentro de una oración, sesenta años después han sido las hermanas que han venido a Donahue»1 poniendo así de manifiesto la importancia de una buena expresión escrita en la juventud, y su relación con la salud mental en la vejez.
La investigación parece indicar que cultivar las habilidades lectoras incrementa la inteligencia. De forma general, se ha asumido que en la escritura se diferencian dos tipos de procesos cognitivos: procesos mecánicos y procesos sustantivos. En nuestro programa, nos centramos en los sustantivos, y nos basamos para su desarrollo en la perspectiva cognitivista, desde la cual la escritura es considerada como algo más que una actividad motora ya que requiere procesos de reflexión durante la planificación, durante el acto de escribir y a lo largo del proceso de revisión (Tynjälä, Mason y Lonka, 2001).
No hablamos de la simple concepción de la escritura como ese apartado de la asignatura de literatura en el que se hace escribir a los niños y niñas una redacción, o cualquier tipo de relato con independencia del género literario, en el que no se busca ese alma del creador, sino que más bien se busca que los jóvenes solventen un ejercicio en busca de una calificación. Nuestro programa busca llegar más allá de estas tareas mecánicas, y tratan de fomentar el encuentro con ese alma de la persona capaz de crear una obra literaria, y que como tal exige una reflexión sobre lo narrado, y por supuesto un sentido de la belleza de la obra. Para ello se trabaja tanto la técnica literaria como la creativa.
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Hayes y Flower (1980) desarrollaron un modelo desde la psicología cognitiva que intenta mostrar la complejidad de los procesos mentales implicados en el proceso de redacción y la dificultad de dominar todos los conocimientos y habilidades que requieren. El modelo presta especial atención a las estrategias y conocimientos que el redactor pone en funcionamiento para escribir, y en la forma de interactuar durante el proceso con los factores que influyen en él (tanto contextuales como internos). Estos autores basan su modelo en tres partes o componentes, entre los cuales se establecen interrelaciones: la memoria a largo plazo del redactor (planificación), el contexto de producción (textualización) y el conocimiento del proceso que debe emplearse (revisión).
Para motivar a la creación de relatos -y como colofón final al trabajo realizado-, llevamos a cabo la publicación de un libro (o varios, en caso de que la elevada participación así lo requiera) y la entrega de un premio literario, que no busca la competencia entre los participantes, sino más bien romper con ese miedo al folio en blanco que paraliza a muchos jóvenes.
Para la publicación de los libros, así como para la dotación de los premios, contamos y buscamos la colaboración de otras entidades de muy diversa índole que han entendido la importancia del programa para el futuro de los y las participantes.
También venimos realizando actos públicos para la presentación de los libros y la entrega de los premios; actos que intentamos que cuenten con intervenciones musicales, bien de alumnos del centro, bien de músicos colaboradores con Fundación Avanza. El hecho de hacer confluir talento, genera un ambiente que a muchos se les queda impreso en su memoria, y lo recuerdan como algo placentero que les acompañará el resto de sus días, con el acicate de poseer un libro que afianza más esa sensación de placer asociada al mundo de la literatura.